Hablemos de identidad.

Considero que la mayor parte de la población tiene una historia o un “término de uso” para los estereotipos. A lo largo de mi vida, he venido escuchando lo que la sociedad dice que debería ser, los medios de comunicación, hoy en día el Internet, han impuesto el actuar de las personas en determinados contextos. Claramente, no es un problema que nos aqueja de este siglo, sino de muchos años atrás.

Desde que era una niña, todos a mi alrededor se esforzaron en imitar tendencias, famosos, e incluso sus mismas amistades. Y hablo de todas las áreas en las que estaba involucrada, colegio, familia, amigos y tristemente también la iglesia (de este tema hablaremos, en otra ocasión.) Solía buscar aceptación en los demás, me aterraba el hecho de no ser elogiada o considerada importante. Es muy absurdo, ¿no lo creen? pero, estoy segura de que les ha pasado.

Ahora me puedo dar cuenta de lo insuficientes que somos los seres humanos, de la hipocresía,de cuánto nos preocupa la voz del mundo;(a pesar de las diversas opiniones cambiantes a demás) y de cómo se nos olvida la más importante. La de Dios. El recordar mi preocupación por lo que pensara la gente de mí, y después conocer realmente al señor; me lleva a lo siguiente.

1. Solo Dios determina y dice quién soy, no importa lo que haga "para parecer bueno". pues, es el único que nos conoce.

2. Fui creado a su imagen y semejanza (Génesis 1: 26-27) no significa que seamos iguales físicamente. Pues mujer, hombre, blanco,negro,flaco, gordo. Pero sí lo somos en valor, esencia y dignidad. Nos hizo con la capacidad de tener una relación íntima con él para adorarlo, a través de nuestro espíritu.

3. Es él a quién debo intentar agradar, al entender su gracia y amor. Solo cristo es suficiente y necesario en nuestras vidas, nos ama a pesar de nosotros. Permanece para siempre.

4. No debo omitir el hecho de que soy pecador, y necesito ir a la cruz constantemente.

Grandes recordatorios para entender el propósito de nuestras vidas, y de nuestra identidad en cristo. Qué es perfecta.

• Nathalia Salamanca.